Meditación al Evangelio del Viernes 7 de Enero de 2022

Escrito por Catoli News

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Nota: En muchos países el día Domingo 2 de Enero se celebró La Epifanía del Señor y en otros se celebro el propio 6 de Enero, si en tu país se celebró el 6 de Enero puedes leer las Meditación del Día correspondiente aquí.

Las Lecturas volverán a ser las mismas para todos el Dia Domingo 9 de Enero día del Bautizo del Señor.



Hoy tenemos una gran responsabilidad en hacer que «su fama» (Lc 5,15) continúe extendiéndose, sobre todo, a todos aquellos y aquellas que no le conocen o que, por diversas razones y circunstancias, se le han alejado.

Pero este contagio no será posible si antes nosotros, cada uno y cada una, no hemos sido capaces de reconocer nuestras propias “lepras” particulares y de acercarnos a Cristo habiendo tomado conciencia de que sólo Él nos puede liberar de manera eficaz de todos nuestros egoísmos, envidias, orgullos y rencores...

Que la fama de Cristo se extienda a todos los rincones de nuestra sociedad depende, en gran medida, de los “encuentros particulares” que hayamos tenido con Él. Cuanto más y más intensamente nos impregnemos de su Evangelio, de su amor, de su capacidad de escuchar, de acoger, de perdonar, de aceptar al otro (por diferente que sea), más capaces seremos de darlo a conocer a nuestro entorno.

El leproso del Evangelio que hoy se lee en la Eucaristía es alguien que ha hecho un doble ejercicio de humildad. El de reconocer cuál es su mal y el de aceptar a Jesús como a su Salvador. Cristo es quien nos da la oportunidad de hacer un cambio radical y profundo en nuestra vida. Ante todo aquello que nos es impedimento para el amor y que se ha enquistado en nuestros corazones y en nuestras vidas, Cristo, con su testimonio de vida y de Vida Nueva, nos propone una alternativa totalmente real y posible. La alternativa del amor, de la ternura, de la misericordia. Jesús, ante quien es diferente a Él (el leproso) no huye, no se lo saca de encima, no lo “factura” a la administración, ni a las instituciones o a las “ong's”. Cristo acepta el reto del encuentro, y al “enfermo” le ofrece aquello que necesita, la curación/purificación.

Nosotros tenemos que ser capaces de ofrecer a los que se acercan a nuestras vidas aquello que hemos recibido del Señor. Pero antes será necesario habernos encontrado con Él y renovar nuestro compromiso de vivir su Evangelio en las pequeñas cosas de cada día.